viernes, 20 de noviembre de 2015

Telas, Vestuario y Maquillaje Tradicionales Parte IX



 

Foto : Un Cuadro de Tunu Hecho por los Tawahkas Foto de Wendy Griffin

 

 

Capitulo V:  Telas, Vestuario y Maquillaje Tradicionales

 

Tunu-Tikimí

 

Los Pech, igual que los Miskitos, los Tawahkas, los Tolupanes y muchas tribus suramericanas en el pasado usaban sabanas de tunu.  En el siglo 19  y antes tal vez también se vestían de esta tela que está hecha de la corteza de un árbol y hacían bombadores para jalar carga de este material. Los españoles de la época colonial dijeron que los indígenas de la selva de Honduras nororiental se vestían de la corteza de un árbol con que se cubrían la honestidad. No hay certeza que esta corteza fue tunu, por que tunu se deshace cuando está mojado. Los Tawahkas investigaron, y ellos más bien piensan que por lo menos una parte de la ropa de antes fue hecha de la fibra de majao sin tejerla, que también está procesada de una corteza de un árbol.

 

Los Pech iban a la montaña a buscar tunu en el mes de Agosto. Solamente en Agosto se puede cosechar.  Estaba lejos de la casa de Don Hernán donde tenían que ir a sacar tunu, se acamparon en la montaña para procesar el tunu.   Primero se buscó al árbol.  En la zona de Culmí al comienzo de la decada de 1960 todavía se encontraba este árbol no muy distante de Culmí.  En 1985 cerca de estas comunidades ya no se pudo hallar y por lo tanto no pueden trabajar esta artesanía. Ya no hay cerca de El Carbón tampoco.  Un anciano Don Florentino decía que lejos de El Carbón, en las montañas había esta planta pero allí cerca todo fue destruido con la deforestación.

 

Después cortaron el palo de tunu.  Con un palo, quitaron la corteza.  No cortaron con machete por que iba a cortarse el “algodón” del tunu.  Se lavaba en una quebrada para quitar las manchas.  Hicieron una fuegata largo como en tamaño de una mesa.  Pusieron varillas de madera arriba.  Pusieron los 3 o 4 tunus arriba de las varas y se secaron.  Se amarraban con un bejuco con majao, los llevaban a la aldea. Eran más livianas así.

 

Les dejaban todo un día hasta amanecer en el agua de una quebrada.  Entonces les sacaron y los pusieron encima de un trozo verde.  Los machucaban con un mazo de madera, pakí en Pech, que se van estirando.  Ya quedaron como el tamaño para un colchón o una sabana o un bombador que se utilizaba para jalar carga de la frente, al estilo macapal.

 

Don Hernán logró ver su papá y el papá de su papa traer tunu de la montaña.  Su mama Doña Paulina antes lo procesaba.  Ya que no hay ni por Trujillo, ni Culmí, ni El Carbón, se compró un cuadro de tunu procesado por una mujer Miskita de Wampusirpe, Gracias a Dios para mostrar como era el tunu de los Pech de antes en el Museo de San Pedro Sula. Las mujeres Miskitas y Tawahkas procesan el tunu, lo tiñe con tintes de fábrica importadas, lo cortan, y hacen cuadros típicos,  pegando el tunu teñido con pegamento o bordando el tunu.  Son populares con las turistas.

 

Don Florentino de El Carbón dijo que la tela de tunu además de servir de sabanas, los Watas, los chamanes Pech pintaban en esta tela con tintas naturales y que estas telas así pintadas tenían un significado mágico-religioso. En las leyendas de los Pech ellos hablan de caminar en las montañas arriba de Catacamas en búsqueda de tunu (Flores y Griffin, 1991).  Doña Juana recuerda que su abuela tenía un palo o mazo de madera especial para este, paki, que se machuca el tunu encima de otro palo de madera y se estiraba. Véase la descripción del paki en la sección de las artesanías de madera.

 

 

Hilo de Algodón y el Vestido Tradicional de los Pech  

 

Doña Juana dijo que su abuelita también hilaba algodón.  En 1930 cuando el señor Conzemius visitó a los Pech, ellos todavía hilaban algodón que ellos mismos cultivaban.  Era de un árbol, igual que entre los Mayas de Guatemala. Después de sacar las semillas de la bolita de algodón, Doña Juana las regaba en su solar, y crecían 4 o 5 palos de algodón.

 

 La abuela de Doña Juana tenía como un malacate de madera que tenía un espacio en el centro para un palo que se llama huso que tiene un ganchito arriba y con este hilaba el algodón. Este se puso dentro de un guacal. Ella torcía el hilo de algodón con los dedos. Primero la abuela puso a Doña Juana cuando era niña a sacar las semillas del algodón. Es el mismo proceso que utilizan los Mayas de Guatemala y se ve en la exhibición sobre el algodón y el hilo en el Museo de San Pedro Sula.  Cerca de San Pedro Sula, los indígenas pre-colombinos utilizaban malacates de barro decorados y el Museo de San Pedro tiene más

 

 

 

 

 


 

Foto : Doña Juana en Vestido Pech en la Playa de Trujillo Foto de Adalid Martinez

 

10 malacates. La montaña cerca a Dulce Nombre de Culmi se llama malacate, había una comunidad que se llamaba malacate, para ir del Valle de Olancho o Trujillo o Agalteca, Yoro hay pasar por el Paso Malacate y cruzar la quebrada malacate mas que12 veces. Un pozo malacate con zacate alrededor al nivel del suelo es el tipo de pozo típico de Honduras, no el estilo con paredes de piedra elevada al estilo español.

 

Con el hilo de algodón la abuela de Dona Juana  hizo candelas.  La abuela tenía la tarea de limpiar la Iglesia Católica de Culmí.  Ella trapeaba y lavaba y planchaba la ropa de los Santos. Mientras ella limpiaba, ella dio a Doña Juana la tarea de recolectar las candelas que no se quemaron por completo que trajeron los Ladinos para la feria de Dulce Nombre de Jesús de los Payas que se celebraban el 1 de enero en Culmí. En aquel tiempo, el sacerdote católico solamente venía una vez al año a Culmí en carreta de bueyes por debajo de los pinos de Catacamas con una multitud de gente de Catacams.  El quedaba 3 días para la feria, casaba y bautizaba toda la gente y se fue otra vez. La cera sobrante de estas candelas la llevaban a la casa e hicieron candelas nuevas con las mechas de algodón que hizo la abuela.  Estas candelas ellas llevaban a quemar otra vez para los santos en la iglesia.  En su casa no usaban candelas, con ocote alumbraban la casa. El costumbre de hilar algodón se ha perdido entre los Pech y casi todas las étnias de Honduras por la introducción de hilos y telas de fábrica.

 

Cuando Doña Juana era niña ella ayudaba a su abuela preparar el algodón. En Octubre, Noviembre, Diciembre ella sembraba algodón. En Marzo ya salían las pelotitas de algodón y en Abril ya podía cosecharlo.

 

Primero se secaba el algodón en el sol.  La abuela puso una niña a sacar la semillita.  Después se ponía a hilar.  El palito que usaba tenía un ganchito para fijar el hilo allá.  Uno va torciendo y torciendo para hacer el hilo.  Cuando Doña Juana era recién casada ella hilaba su hilo, pero ella compró la tela en las pulperías de Culmí.  Ella sabía cortar y ella hacía su blusa, su vestido, su falda. Una tía le enseñó.

 

Vestido Tradicional de los Pech-Antes había un estilo de vestido especial de los Pech de los años 1950.  Era vestido, no era falda.  Llegaba hasta los tobillos.  Tenía mangos de tres-cuartos. Era de una tela de algodón estampada con florcitas que se llama sarasa. Las decoraban con cintas de un color solido. Las mujeres pech andaban con un pañuelo en la cabeza con el nudo debajo del pelo por atrás.  Antes las mujeres pech siempre andaban con la cabeza tapada.  Doña Juana cortó y costuró este vestido a mano de la foto para mostrar como eran los vestidos típicos de los Pech. Otras étnias que antes hacía ropa de corteza de árboles como los Miskitos y los Tolupanes, también en el siglo 20,  hicieron vestidos típicos  o folklóricos de tela de algodón de fábricas.

 

La abuela de Doña Juana hizo ropa interior para usar debajo de su vestido.  Primero  se cortaron dos pedazos de manta para la parte enfrente y atrás de una falda, y se costuraban por los dos lados.  Después se cortaron dos pedazos de manta para el camisón, y se costuraban por lo dos lados. A este último, ella puso cordones como la anchura de los cordones de una brasier, para hacer el camisón la parte arriba. Después se pusieron juntos.  Ella puso encaje en la parte debajo de esta ropa interior.  A veces no lo hizo de manta, sino de un algodón de un solo color como rosado.  

 

Los Pech no usaban ni sandalias ni zapatos ni botas.  Cuando Doña Juana era pequeña, de un material parecido a una llanta, ellos hacían caites.  Tenían cordones de cuero de ganado  curtido que los Pech compraban.  Con caites los Pech protegían sus pies dijo la abuela de Doña Juana. Si no tenían oportunidad de comprar cuero, ellos hicieron las correas de majao. Siempre reventaba el majao, pero era abundantísimo el majao.  Caites de cuero eran de origen pre-columbino en Honduras.  La palabra caite es del idioma indígena nahua.

 

La palabra para la cosa redonda para hilar hilo, el malacate, también es de origen nahua. En Honduras se utiliza esta palabra también para describir pozos de agua tradicionales, como la frase pozo malacate. Entre Catacamas y los Pech de Culmí, Olancho hay una aldea Malacate. También había una Quebrada Malacate en Olancho.  Cuando un sacerdote de la época colonial fue del Valle de Olancho a la Costa, tenía que cruzar la Quebrada Malacate 28 veces sin puentes. Arriba de Culmí, hay la Sierra de Malacate. Eran importantes los malacates entre los indígenas de Olancho, sin embargo, no hay malacates en el Museo de Rufino Galan en Trujillo y no les he visto en colecciones privadas y ni en informes de los sitios arqueológicos de Honduras Nororiental, entonces no sabemos desde cuando los Pech hilan algodón.  Tal vez los malacates precolombinos eran de madera en la zona de Olancho y Trujillo y se pudrieron.

 

Como se mencionó en la sección de piedras, los Pech también utilizaban algodón con dos piedras que rasparon juntas para formar una chispa, y el algodón se prendió fuego, entonces puede ser de bastante antigüedad el uso de algodón entre los Pech.

 

El Maquillaje de Achiote y Tile

 

En la década de 1970 cuando el padre de Don Hernán, Don Amado, todavía hacía ceremonias en la zona de Culmí, los Pech todavía se acostumbraban de pintarse la cara con rayitas rojas de achiote las mujeres y rayitas negros de tile (el carbón del hollín) los hombres.

 

Para hacer el maquillaje de achiote, se cocina la fruta del árbol de achiote, a en Pech. Se hace un pan del polvo del achiote. Se agrega manteca o aceite o agua.  Con un pincel o un dedo se dibuja las rayitas en la cara.

 

Se hace igual con el tile.  Se agarra el hollín o sea el negro que deja el humo del fuego en las paredes y el techo, y se cuela con un trapo.  Se sale el polvo.  Se mezcla con manteca también.  Antes los Pech guardaban polvo de achiote y tile en tuza. Hay ejemplos del polvo de  achiote y tile en unos caracoles del mar en la exhibición sobre el maquillaje  pre-columbina en el Museo de San Pedro Sula.

 

En tiempos pre-Colombinos en América Central, no había muchas plantas que era posible usar para sacar aceite o manteca.  Por ejemplo, probablemente no había cocos o palmas  africanas. Entonces los indígenas Pipiles de habla nahua, utilizaron aceite de liquidambar para aplicar su maquillaje.  Los árboles de donde se saca el aceite de liquidambar crecen altos en las montañas, en bosques húmedos nublados, por ejemplo en Olancho en la zona Pech.  Ha sido patrimonio de los hombres Pech desde hace mucho tiempo de sacar el aceite de liquidambar (ejtama en Pech) y tal vez era una actividad pre-Colombina de sacarlo y venderlo a los Pipiles y los Aztecas, además de utilizarlo en sus ceremonias. Son escasos ahora los árboles de liquidambar, se encuentran lejos de las comunidades Pech, y muchos están en áreas protegidas donde está prohibido botar el árbol para sacar el aceite. Da miedo ahora ir a sacarlo en montañas bien solitarios, por que fueron asesinados dos hombres Pech para robarles su liquidambar.  Las autoridades nunca encontraron los asesinos.

 

Los Pech ya no hacen estas ceremonias, y no hay quien dirigirlas, entonces ya no utilizan estos maquillajes tradicionales.

 

 Entre los Lencas, se utilizaba el achiote, el añil (una planta silvestre en la zona Lenca)  y cochinela para teñir tela todavía en 1940, según la antropóloga Doris Stone.  Doña Juana no conoce la planta de añil y no ha escuchado mencionar entre los Pech. Ella no utiliza el achiote para teñir artesanía.  La tela que utilizaba su abuela era sarasa de fábrica, que ya estaba teñida y estampada con florcitas.  En Honduras colonial, las zonas de mayor importancia para producir añil era Choluteca y para cochinela Yoro.   

 

 

 

 

 

 

 

 

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