CAPÍTULO VI : LA TALABARTERÍA
De César
Indiano
El
talabarte era originalmente un vocablo militar que servía para denominar un
pertrecho. El talabarte era una pretina o cinturón, ordinariamente de cuero,
que se cenía a la cintura y del cual iban pendientes las espadas o los ables.
La
talabartería, bien podría creerse que surgió como una labor de utilería
militar, destinada a solucionar problemas básicos de amarre y sujeción. Los
cinturones, las correas, los talabartes (cinchos para nosotros), bozales,
tirantes, fajas, carteras, y polainas conforman todo un género de objetos
indiscutiblemente utilitarios para viajantes y aventureros. Vallecillo, un cronista
español, escribió en sus “Comentarios de las Ordenanzas” el siguiente párrafo:
“El
arcabucero del siglo XVI recibía la pólvora a granel, la cual llevaba, según el
diferentes uso de los tiempos y países, en uno o varios frascos de asta o
madera al aire, según entonces se decía; y estos así como la bolsa de cuero en
que el plomo y las balas se depositaban pendientes del talabarte, especie de
cinto, también de cuero, que, sostenido en el hombre izquierdo y terminado en
el costado derecho, formaba cruz con el tahalí de la espada.” Fue el
talabartero como tal, el que se encargó de crear toda la indumentaria de
caballería como los bozales, los arreos, el collar de tiro, las rodilleras, las
garganteras, los cabestros, zapatos, estribos, arneses, atalajes, brazaletes,
cinchas y correas en general.
Fue desde
su origen una labor manual, artesanal. El “Guarnicionero” es el oficio
evolucionado del talabartero. Sus trabajos se caracterizan porque utiliza
cueros mucho más finos y logra mejores acabados. El guarnicionero vendría a ser
lo que el ebanista con respecto al carpintero, La talabartería como rubro
artesanal es el que está más cerca de la tecnificación; al grado que por el uso
de maquinaria diversa en sus procesos tiende a convertirse en pequeña
industria.
La
talabartería hondureña tiene diferentes orígenes. La talabartería para monturas
y alinchos carteras es de origen europeo, pero la talabartería existía en
Honduras en tiempos precolombinos. La palabra “caite” viene del idioma indígena
Nahua. Se puede ver los caites de las estatuas de Copán y de San Pedro Sula. En
Honduras existe unos trabajos de cuero muy rústico con todo el pelo del animal,
todavía puesto por ejemplo para costales, sillas, etc. Esta manera de trabajar
cuero se ha visto en indígenas, y también en África. Muchos de los negros
que trabajaban en Honduras eran de zonas
de África donde era importante la ganadería. Todavía se mira que la talabatería
es de importancia en zonas donde antes habían negros y mulatos relacionadas con
las minas como Tegucigalpa, y Santa Bárbara.
Cuesta
delimitar el campo de acción artesanal. En el caso de la talabartería; es
cierto que manualmente se puede obtener un par de zapatos o un cinto, pero
también es cierto que los mismos productos producidos industrialmente podrían
guardar rasgos de calidad más o menos invariables con respecto a lo artesanal.
Para fines de este estudio diremos que la talabartería es artesanal por el
sentido de elaboración y por la característica del producto. Sabemos que los
procesos para el tratamiento de cueros conlleva el uso de una tecnología más o
menos compleja y que la materia prima puede surtir tanto al artesano como al
pequeño empresario.
La materia
prima del talabartero más rústico lo constituye cueros apenas curados con
tanino por ejemplo de la madera de mangle, cal o ceniza; y como son cueros
duros o indomables, los alcances del artesano llegan hasta la fabricación de
árganas, arganillas, albardas y chilíos.
LA MATERIA PRIMA
El surtidor
de materia prima del talabartero es el peletero. Las pieles de ganado vacuno
gozan de predilección tanto por su calidad como por su accesibilidad. El cuero
de mayor demanda es el de vaca, pero la calidad del mismo será variable de
acuerdo al tratamiento o al proceso de las curtiembres.
El
procedimiento artesanal para curtir sigue predominando en el mercado. Los
talabarteros reconocen la calidad de los mismos y los destinan de acuerdo al
tipo de producto que deciden fabricar. Se conoce como cuero fino el “cuero de
vientre” que es un cuero que se obtiene de vacas horras o vacas no paridas y
que se utiliza para productos refinados como billeteras o carteras de mujer.
Luego está el cuero común o cuero de ganado adulto cuya calidad, reiteramos,
dependerá del tratamiento de curtiembre.
En el
mercado se pueden encontrar de distinta calidad y precio. El cuero industrial
es relativamente más caro por los procesos y es curtido a cromo. Los cueros
obtenidos por procesos artesanales se curten con tanino. La secuencia es más o
menos la siguiente: Se obtienen los cueros crudos o en bruto, en caso de que
los mismos estén secos se vuelven a sumergir en agua para que recuperen la
humedad. Después se ponen en cal para que ablanden las impurezas. Luego se
procede al “descarne” y al “despelo.
Después de curar el cuero, este queda más
o menos limpio. Luego se le aplica el tinte o el curtido que puede ser de
nacascolo, mangle o nance. Todos estos funcionan como químicos naturales.
Cuando el
cuero se ha teñido lo necesario, pasa un batán. Este es un cilindro grande y
rotativo que tiene un desagüe mediante el cual el cuero se va secando. Sin
embargo, sólo hasta que el cuero se ha puesto a secar completamente pasa a la
aplanchadora donde los cueros se estiran y se aplanchan. Finalmente se arman
los rollos según la variedad y se
trasladan a los estantes del mercado.
Pero no
todos los trabajos de talabartería se realizan sobre cueros de primera. En
realidad existe toda una serie de derivados que se apropian a distintos usos y
preferencias. La gamuza-- se trata de un falso cuero, son cueros extraídos del
vientre de la ubre. El chairín es un
cuero de menor calidad. La carnaza se
utiliza fundamentalmente para plantillas. El descarne es una especie de carnaza
un poco acabada. La zuela que es un cuero procesado con cascara de nacascolo. Finalmente
está la cuerina que es un cuero simulado que se obtiene de desechos de
petróleo, ceras y químicos.
HABLEMOS DE LAS HERRAMIENTAS
La talabartería
es una labor de corte y ajuste. Las herramientas que se emplean son simples y
casi todas cortantes.
-Cuchillo de
punta -Cardamano
-Cuchillo Turco -Martillos
-Cuchillo curvo -Cepillos para
rebajar
-Cuchillas para
orlar -Divididoras
-Cuchillas para
orillas -Escuadra
-Tijeras de
sillero -Chaya
-Tiracrines -Lezna
-Punzón.
MATERIALES COMUNES:
-Aceite de
linaza
-Pegamento
-Broches
-Hebillas
-Arbollas
-Media argolla
-Tachuelas
-Remaches
-Ojales
-Ojetes
-Zipers
Catalogación
general de productos.
Se puede decir
que la mayor parte de los productos de la talabartería son de carácter utilitario.
-Zapatos(de
mujer y hombre)
-Zandalias
-Botas
-Caites.
-Sillas de
cuero estampado Llaveros
-Valijas de
cuero Sombreros
-Carteras de
mujer -Monederos
-Bolsos y
Costales -Adornos
de pared
-Maletines -Insignias
-Billeteras -Letras
-Fajas -Porte
cigarros
-Cintos -Estuche
de botellas
-Fundas de
pistola -Aretes
para cabello
-Vainas de
machete -Binchas
-Cajas de cuero
-Látigo rústico
-Cubre asientos
INDUMENTARIA DE
CABALLERIA
-Montura Montura rajada -Gargantera
-Coraza -Albarda -Arneses
-Montura de
falda -Collar de tiro -Polainas
-Montura
marclera -Bozales -Sobrecinchos
-Cabezada -Trabas -Látigos
-Bolsones -Marroquines -Artículos para domar
Los cueros
preparados también pueden ser utilizados para fabricar instrumentos musicales
como tambores y el sacabuche.
ILUSTRACION
FOTOGRAFICA.
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